Si vives en una zona húmeda o no dispones de tendedero en casa, este electrodoméstico puede ser de gran utilidad. Para alargar su vida útil, ahorrar energía y aprovechar al máximo su uso sin estropear o arrugar tu ropa, toma nota de esos truqui-consejos.

Hay algunas cosas que puedes hacer para sacar el máximo partido a este electrodoméstio. Si quieres usar bien tu secadora, evitar planchar después de usarla, evitar problemas con el agua… te conviene tomar nota de estos trucos.

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Ahora si, ahí van esos consejitos:

Revisa la etiqueta: antes de meter la ropa en la secadora, fíjate en la etiqueta de cada prenda para saber de antemano si se puede o no introducir en la secadora, como por ejemplo ocurre con la ropa de lino, algodón o lana, porque son los tejidos que más encogen.

Usa ajustes y ciclos: ten en cuenta cómo quieres que quede la ropa finalmente (lista para guardar, para planchar, etc), y selecciona la opción que elijas antes de poner en marcha la secadora. Esto, junto con el tipo de tejido (ropa delicada, algodón) condicionará la temperatura y duración del ciclo de secado, ayudándote a conservar mejor tus prendas y a ahorrar energía.

1- La mayoría de los modelos incluyen un ciclo especial antiarrugas mediante inyección de vapor al final del programa, ya que uno de los mayores problemas, en general, es que la ropa sale demasiado arrugada.

2- Siempre limpia y sin agua: una opción muy práctica es el indicador de limpieza del filtro antipelusas. Si tu modelo no lo tiene, no olvides limpiar el filtro tras 6 ciclos de uso.

3- Limpia también el condensador: está situado en la parte inferior izquierda del equipo. Se abre una escotilla y se despliegan unas pestañas de fijación. A continuación se extrae el intercambiador (tubos), que hay que lavar con agua fría desde la zona trasera a la delantera. También conviene hacerlo con cierta frecuencia, por ejemplo, cada 10-12 programas de secado. Algunos fabricantes están desarrollando sistemas de autolimpieza.

4- Evitar arrugas con la secadora: es recomendable dividir la ropa según su peso: las prendas más livianas se secan más rápido y las pesadas tardan más. De este modo evitarás que la ropa pesada termine aplastando a la ropa ligera y arrugándola más.

5- Evita sobrecargar la secadora: la ropa metida a “compresión” no hace más que favorecer la aparición de arrugas.



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