Las lavadoras acumulan suciedad con el paso del tiempo y de los lavados. También la falta de ventilación y la ausencia de cuidados específicos pueden contribuir a que tu lavadora desprenda un desagradable olor a humedad, que puede llegar a impregnar tu ropa y que es bastante difícil de quitar una vez que se ha instalado.
En algunos casos, si tu electrodoméstico es ya muy viejo, tiene incrustaciones de cal en las piezas y los olores se han instalado en sus conducciones interiores, puede que no te sea fácil recuperarla.
Aquií os dejo unos truqui-consejos:
- Lee siempre las instrucciones de dosificación del detergente que proporciona el fabricante en la etiqueta y evita echar el detergente «a ojo».
- Deja siempre abiertos la puerta y el cajón del detergente después del lavado.
- Si sueles lavar a baja temperatura y empiezas a notar un ligero “mal olor”, realiza un lavado a alta temperatura (70 – 90 °C).
- Limpia el cajón del detergente incluso con la ayuda de un cepillo de dientes. Si tienes una lavadora de carga superior, saca el cajón de detergente después de cada uso y ponlo boca abajo para vaciar el agua que aún está dentro y evitar así cualquier sedimentación con el tiempo.
- Limpia el filtro una vez al mes, de esta manera evitarás que se obstruya.
- Limpia la goma de la puerta, suelen quedar restos.
!Nos vemos pronto¡